Cabecera

Cabecera

jueves, 13 de diciembre de 2012

A esos maestros de vocación frustrada...




La otra noche tuve la “suerte” de que uno de esos maestros de vocación frustrada se tropezara con uno de mis tweets, en el que cometí una “imperdonable” falta ortográfica: escribir “haber” en lugar de “a ver”. Es decir confundir el verbo “haber” con la preposición “a” más el verbo “ver” (esto no me ha hecho falta buscarlo en el Google, palabrita del niño Jesús). Gran fallo por el que debería ser sometido a 100 latigazos, pero mientras Gallardón no lo remedie esa ley no existe.


Lo curioso por llamarlo de alguna manera, es que la persona que me corrigió, no me conoce de nada, es un absoluto desconocido. Y eso es lo que me jode. Yo cometí, vuelvo a repetir, una gravísima falta ortográfica, sí. Pero él cometió una falta de educación y de respeto hacia mí, que como soy una personita humana creo que algo de respeto merezco.

Es como si vas por la calle y alguien te pregunta una dirección y al realizarte la pregunta pronuncia una palabra mal, y tu en lugar de limitarte a contestarle amablemente, pues le corriges su equivocación y además te permites “regalarle” el consejo de que #hayquecuidarelvocabulario…

Ante eso te pueden pasar tres cosas: Una, cosa improbable, que te agradezca la información y la corrección y se marche pensando: que chico tan amable, que me ha enseñado a hablar gratuitamente. Dos, que la persona tenga más educación y respeto hacia ti que tú hacia él y aunque no le guste tu corrección, te agradezca la información y se vaya acordándose de tu madre silenciosamente. O, tres, que des con alguien, con un mal día o poca paciencia y se acuerde en tu cara de tus tres generaciones anteriores y de todos los maestros que te inculcaron esa vocación frustrada.

Y una vez dicho esto, solo me queda por añadir, que si no me conocéis de nada y veis en este escrito o en alguno de mis tweets alguna falta ortográfica, os metáis la corrección por donde amargan los pepinos y os limitéis a cuando veáis un tweet mío, no leerlo y mucho menos contestarlo.

Gracias por dedicar unos minutos en leer esta parrafada y lo lamento si os parece una chorrada, pero… tenía que decirlo, o si no, reviento.

1 comentario: