Como soy muy plural, me tengo que tragar todas las entrevistas
de la señora Aguirre, la señora Cifuentes o del PePero de turno que venga a venderme una moto sin ruedas y sin manillar.
En las que entre otras cosas, puede
que me llamen bolchevique, antisistema, defraudador, vago, ladrón o tonto de
capirote por no votarles.
Pues oiga, ¡No! No me sale de los mismísimos, escuchar sus
manipulaciones o directamente mentiras, sobre lo que han hecho o sobre lo que
piensan hacer, si ganan las próximas elecciones.
No les creo. No me interesan
sus promesas. Y por tanto no quiero escucharles. Me niego.
¿Eso me convierte en un sectario? Puede. Pero soy yo el que
decide en que perder mi tiempo. Y desde luego no va a ser viendo a estos
trileros de feria tratando de esconder la bolita para seguir con sus
mamandurrias, sus sobresueldos y sus viajes a Suiza.
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